Santiago Ramírez, un canario de Las Palmas, ha hecho historia en el Campeonato de España junior. Y no sólo por ser el primer corredor de aquella Comunidad en obtener un maillot rojigualdo en esta categoría, sino por la forma en que lo ha obtenido, siendo una verdadera águila en las escaladas y un misil en el llano, en especial en estos últimos siete kilómetros en los que se destacó del grupo de ocho en el que viajaba desde el último descenso de Carabanzo.
Detrás de él saltaron el castellano-leonés Efrán Carazo y el madrileño Carlos Verona, que no sólo no pudieron seguir el fortísimo ritmo del canario, sino que terminarían cediendo 36 segundos, aunque las medallas estarían claramente entre ellos, ya que el resto de integrantes de ese grupo llegaba a 1-10.
La carrera junior fue intensísima, con cuatro vueltas al circuito de 28 kilómetros entre Pola de Lena y Mieres, con la subida a Carabanzo casi de salida, lo que aprovechó la valiente selección de Madrid para lanzar a dos de sus corredores –uno de ellos era Verona-, aunque no fue hasta el kilómetro 19 cuando se formaba el germen de la que sería fuga del día. Tras el primer paso por meta se consolidaba el grupo con Cristian Beltrán (Cataluña), Raúl Medín (Galicia), José Manuel Gómez y Verona (Madrid), Rubén Martínez (Murcia) y Alain González (Euskadi). En aquel momento llevaban un minuto al grupo, aunque en posiciones intermedias se hallaban muchos corredores, lo que sería una tónica de la prueba.
La segunda subida no sería tan decisiva, salvo para ir incrementando los corredores intermedios e ir distanciado cada vez más a un pelotón que jugaría un papel secundario. A mitad de carrera, el pelotón principal ya estaba a 1-35.
Dos recitales
La tercera, en cambio, supuso el principio del fin de la carrera. En la subida irían remontando corredores desde atrás, pero también se irían sumando ciclistas en la bajada y en el tramo de llano hasta Mieres, para constituirse un grupo delantero de doce unidades: los ya mencionados Beltrán, Medín, Gómez, Verona, Martínez y González, junto al futuro vencedor, Ramírez –que daría un recital subiendo-, Efrén Carazo (Castilla y León), Pedro García (Castilla-La Mancha), Alvaro Martín (Extremadura). Miguel Abellán (Madrid) e Ibai Salas (Euskadi).
Pero el grupo no se mantendría mucho tiempo junto, ya que antes del tercer paso por meta se cortaba, quedando solamente en cabeza Ramírez, Beltrán, Verona y Salas. Por detrás, un rosario de corredores entre los que se habían quedado y los que dejaban el pelotón, que ya no tendría opción y que rodaba a más de 2-30.
La última subida fue muy similar a la penúltima, con varios corredores enlazando desde atrás, tanto en la subida, como en el descenso, en concreto: Beñat Txoperena (Navarra), Carazo y Carlos Barbero (Castilla y León) y Rubén Fernández (Murcia). No lo hizo por auténtica mala suerte el gallego Medín, que se quedaba cortado en la parte final del descenso por una salida de carretera que le conllevó un pinchazo.
Estaba claro que la suerte de la carrera estaba entre los ocho, con Castilla y León como el equipo a batir porque llevaba a dos corredores y además al más rápido, Berbero. Pero Ramírez daba una nueva exhibición que le llevaría al oro. Por detrás, los mencionados Carazo y Verona. Y a 1-10. Barbero, Salas y el resto del grupo. Más de 100 corredores terminarían la prueba, con diferencias que superaron los 10 minutos.
Ramírez, radiante, nos respondía lo siguiente en el podio.
Carazo, por su parte, se mostraba bastante serio, “porque desde que enlacé con Barbero, sabía que la carrera podía ser para él por lo que me puse a trabajar. Cuando saltó el canario, intenté ir a por él para devolverle al pelotón, peor no pudo ser. La plata me sabe a poco porque pienso que podríamos haber ganado con Barbero”. Al contrario Verona se mostraba radiante, “porque no esprinto nada y sabía que si llegábamos los ocho no tenía nada que hacer. La consigna era hacer dura la carrera desde el principio y por ello ya estaba escapado casi de salida, pero al final nos ha salido bien con esta medalla”.
Repite Gloria
La prueba femenina se cubrió a la mitad de distancia, es decir, sobre solamente dos vueltas. Y con dos ciclistas que ya habían sido podio el viernes repitiendo hoy. Por un lado la vencedora, la murciana Gloria Rodríguez; por otro la gallega Rocío Loureda, entonces plata y ahora bronce. Y entre medias, la vasca Dorleta Eskamendi. Todas ellas en el mismo tiempo, lo mismo que las catalanas Esther Fernández y Bianca Martín, en las desgradables posiciones fuera del podio.
Y fue en las dos subidas cuando se decidió la prueba. En la primera, un ataque de Loureda reducía el pelotón a nueve unidades; en la segunda, un nuevo demarraje de la gallega reducía el grupo a las cinco ciclistas que llegarían destacadas a meta. Las catalanas intentaron ‘quemar’ a sus rivales, pero no pudieron con la potencia de Gloria ni la habilidad de Dorleta y Rocío en el sprint.
domingo, 26 de julio de 2009
El canario Ramírez hace historia; Gloria Rodríguez repite
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Cicloturismo,
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