El pasado domingo daba sus últimas pedaladas en Alcobendas. Javier Benítez ha llegado a la recta final de la temporada con un enviable golpe de pedal, reeditando así el logro de las tres tardías victorias cosechadas también en la Vuelta a Chihuahua. "Pudieron ser cuatro, pero como las llegadas al esprint eran tan concurridas, me adelanté y no pude evitar que saltara la desagradable sorpresa", apostilla el velocista de Xátiva. La carrera mejicana le causado un profundo sentir, tanto en el aspecto humano como deportivo y profesional, no cabe duda. "En la Vuelta a Chihuahua gozé del arropo de un gran equipo, plenamente confiando en mis posibilidades, por lo que yo solo podía responderles con rematar con éxito el trabajo tan bien hecho por todos ellos; les estoy muy agradecido -insiste- porque se han comportado de manera ejemplar, bajo una dirección con acierto, que propició un ambiente muy familiar, clave en cualquier equipo ciclista profesional que se precie de serlo", añade Benítez. Pero como significábamos antes, y por segunda campaña consecutiva, los triunfos que se le habían resistido durante la temporada acabaron por llegar aún in extremis. "Siempre digo que hay que esperar hasta cruzar la última meta para hacer balance; mientras hay competición siempre hay esperanza, sobre todo si se es ambicioso como considero que soy. Y aunque no lo parezca, no me suelo relajar hasta que el año termina. De echo, en mi caso, apenas ha habido descanso entre la pasada y la presente. Quizás sea por eso que, otra vez los resultados llegaron al final. Siempre digo que un velocista con buenos resultados pero sin victorias siente como que su trabajo no está bien acabado. He intentado sentirme a gusto, y solo lo pude conseguir en la Vuelta a Turquia". Benítez fue de los que logró incluirse entre el selecto grupo de una treintena de corredores que se cobraron sobre el resto del pelotón casi media hora, ya en la primera etapa. "Aquella situación y aquel resultado marcó el devenir de la carrera, aunque no con la misma fortuna para todos. Para mis características, que paso bien la media montaña, la Vuelta a Turquía era ideal, pues las diferencias entre los primeros eran mínimas. Pero en la cuarta etapa, al pie de un duro puerto de primera de más de doce kilómetros, apenas recorridos cuarenta kilómtros, porque se subió tan rápido que me fue imposible alcanzar a los de delante. El resto del terreno hasta la meta era muy complicado, y además llovía. Fue una gran pena", se lamenta. "En un futuro más cercano, merece que el Contentpolis AMPO Murcia siga siendo una bonita y ejemplar realidad, porque estoy plenamente convencido de que se puede seguir haciendo tan bien como ahora, e incluso mejor si cabe, las cosas ya que contamos con un calendario envidiable, pleno de posibilidades para demostrar nuestra valía en carreras de primer nivel", concluye el velocista valenciano de 30 años.
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