El bidón de la discordia y un error de interpretación importante

El jurado técnico de la Vuelta a España no ha admitido definitivamente el recurso presentado por el Xacobeo Galicia contra la penalización de 20 segundos que le impusieron a su corredor Ezequiel Mosquera. El asunto podía quedar ahí si en el fondo el asunto no mostrase un error claro de conceptos, motivado seguramente por el celo, que compartimos, de velar por un ciclismo limpio y una competición en igualdad de condiciones.

Bidón de aguaLa explicación que han dado los colegiados es que el bidón que cogió el ciclista a 6,5 kilómetros de meta le ha permitido clasificarse segundo en la etapa, para añadir que, de no haberlo hecho, esas posibilidades de acabar en la segunda posición se hubieran reducido a un veinte por ciento.Este razonamiento hace pensar que el ciclista en cuestión tuvo una ayuda excepcional o extra para hacer segundo y que sus rivales quedaron manifiestamente en inferioridad de condiciones. Entonces, antes de eso, habría que plantearse cuestiones tales como si los demás corredores hicieron ese trayecto final sin agua, o si Ezequiel Mosquera cogió ese bidón de un aficionado porque su agua no estaba tan fresca.Si el cambio fuese de agua caliente por agua fría, se supone que sería otro el baremo a aplicar. Y si el ciclista del Xacobeo Galicia estuviese sin agua y sus rivales se hallasen bien provistos de ella, lo normal sería que la cogiese para que todos pudiesen hacer el trayecto final en las mismas condiciones.Hay un error de conceptos importante. Según la explicación que se ha dado, se está situando el bidón de agua al nivel de la ayuda de una sustancia dopante, y se está conceptuando el ciclismo profesional de carretera como un deporte de supervivencia y no de resistencia.En un deporte de supervivencia la norma sería salir todos con la misma cantidad de agua o recursos y administrarlos con eficacia para tratar de alcanzar el objetivo. En el ciclismo no es ese el caso. Cada corredor puede tomar toda el agua que considere y nadie le pregunta cuando llega a pie de puerto o a meta si ha consumido quince o veinte bidones de agua. El agua no es un producto prohibido que aumenta por cinco el rendimiento del deportista.Pero lo que es aún más importante, el ciclismo tiene unas normas para velar por las condiciones de igualdad en la competición, que son las que penalizan el uso de sustancias prohibidas, y otras que velan prioritariamente por la integridad de los ciclistas, por ser un deporte de ciertos riesgos.La regla de cerrar el control de agua a un número determinado de kilómetros de meta se sitúa claramente entre las medidas destinadas a velar por la seguridad del pelotón y se suele adaptar a las características del recorrido y a las condiciones meteorológicas, por eso, no tiene unos parámetros fijos. Pretender ir más allá supone un error de interpretación importante, que creará mucha confusión y ningún beneficio.