El ciclista del Xacobeo Galicia Alberto Fernández se encuentra perfectamente recuperado del cólico nefrítico que sufriera cuando la Vuelta a España llegaba a su segundo día de descanso en Almería. Después de haber pasado seis días en el hospital, ha recibido el alta médica y ya puede hacer vida normal, aunque "en principio debo ir con cierta moderación", comentó el corredor cántabro.
Alberto FernándezEl ciclista permaneció seis días en el hospital, los primeros ajenos a lo que acontecía en su entorno, y cuando volvió a tomar contacto con la realidad se encontró con noticias que hablaban de falta de atención de su equipo. "De todo este asunto me he enterado al subir a planta, porque los primeros días estuve en la UVI y en ese tiempo tuve el móvil desconectado. Ahora estoy comprobando que se ha escrito bastante sobre mi caso, pero tengo que decir que en ningún momento he hablado con los medios de comunicación, los primeros días, seguramente porque estaba en la UVI y no tenía contacto con el exterior y, después, porque no me llamó nadie", añadió Alberto Fernández.El ciclista cántabro aclara el origen de la noticia: "Al parecer, llamaron del Diario Montañés a casa en esos días que yo estaba en el hospital y les atendió mi abuelo, que tiene ochenta años. Él se encontraba solo y lógicamente preocupado, pero la atención del equipo fue buena en todo momento. La noche que me puse mal, el médico del equipo estuvo continuamente conmigo y a la mañana siguiente, como no podía seguir en carrera, quise irme a casa".La noticia en cuestión se reforzaba con el argumento de que había llegado a casa en silla de ruedas. "En el aeropuerto de Madrid tuve que hacer trasbordo y solicité una silla de ruedas, porque me encontraba un poco débil y más que nada por precaución. Pero ese es un servicio que hay en los aeropuertos y, los que viajamos con frecuencia, vemos que mucha gente tiene que recurrir a él", explica el ciclista.Cuando llegó a Cantabria pensó que lo peor había pasado, pero su salud empeoró: "Me fue a buscar mi novia al aeropuerto y llegué a casa sobre las cinco de la tarde. Con el paso de las horas fui encontrándome peor y a las diez de la noche decidí ir al hospital, que lo tengo a diez minutos de casa. Y ya me ingresaron", añadió.La razón por la que se vio obligado a abandonar la carrera en el día de descanso fue "un cólico renal, con insuficiencia renal aguda y una gastroenteritis aguda, que me provocó también una fuerte deshidratación. Eso está recogido en el informe médico, que coincide plenamente con el diagnóstico que me había hecho previamente el doctor del equipo. Lo digo porque, tal y como se tratan todos los temas médicos en el ámbito del ciclismo, a lo mejor hay quien no se lo cree".Del día que se puso enfermo recuerda haber salido a entrenar por la mañana. "Al verme, Ezequiel me dijo: ‘Tienes mala cara’, a lo que yo le respondí: ‘La tendré, pero me encuentro bien'. Antes, a primera hora, habían venido a realizarnos un control médico a los tres equipos que estábamos alojados en el mismo hotel. Pero por la tarde empecé a destemplarme y a encontrarme cada vez peor", siguió diciendo.A pesar de estas vicisitudes, Alberto Fernández guarda muy buenos recuerdos de su primera Vuelta a España, aunque "me supo a poco. Me quedé con ganas de repetir y con la pena de haber tenido que retirarme cuando llegaban las tres etapas de alta montaña en Andalucía. Las estaba esperando con mucha ilusión".
Alberto FernándezEl ciclista permaneció seis días en el hospital, los primeros ajenos a lo que acontecía en su entorno, y cuando volvió a tomar contacto con la realidad se encontró con noticias que hablaban de falta de atención de su equipo. "De todo este asunto me he enterado al subir a planta, porque los primeros días estuve en la UVI y en ese tiempo tuve el móvil desconectado. Ahora estoy comprobando que se ha escrito bastante sobre mi caso, pero tengo que decir que en ningún momento he hablado con los medios de comunicación, los primeros días, seguramente porque estaba en la UVI y no tenía contacto con el exterior y, después, porque no me llamó nadie", añadió Alberto Fernández.El ciclista cántabro aclara el origen de la noticia: "Al parecer, llamaron del Diario Montañés a casa en esos días que yo estaba en el hospital y les atendió mi abuelo, que tiene ochenta años. Él se encontraba solo y lógicamente preocupado, pero la atención del equipo fue buena en todo momento. La noche que me puse mal, el médico del equipo estuvo continuamente conmigo y a la mañana siguiente, como no podía seguir en carrera, quise irme a casa".La noticia en cuestión se reforzaba con el argumento de que había llegado a casa en silla de ruedas. "En el aeropuerto de Madrid tuve que hacer trasbordo y solicité una silla de ruedas, porque me encontraba un poco débil y más que nada por precaución. Pero ese es un servicio que hay en los aeropuertos y, los que viajamos con frecuencia, vemos que mucha gente tiene que recurrir a él", explica el ciclista.Cuando llegó a Cantabria pensó que lo peor había pasado, pero su salud empeoró: "Me fue a buscar mi novia al aeropuerto y llegué a casa sobre las cinco de la tarde. Con el paso de las horas fui encontrándome peor y a las diez de la noche decidí ir al hospital, que lo tengo a diez minutos de casa. Y ya me ingresaron", añadió.La razón por la que se vio obligado a abandonar la carrera en el día de descanso fue "un cólico renal, con insuficiencia renal aguda y una gastroenteritis aguda, que me provocó también una fuerte deshidratación. Eso está recogido en el informe médico, que coincide plenamente con el diagnóstico que me había hecho previamente el doctor del equipo. Lo digo porque, tal y como se tratan todos los temas médicos en el ámbito del ciclismo, a lo mejor hay quien no se lo cree".Del día que se puso enfermo recuerda haber salido a entrenar por la mañana. "Al verme, Ezequiel me dijo: ‘Tienes mala cara’, a lo que yo le respondí: ‘La tendré, pero me encuentro bien'. Antes, a primera hora, habían venido a realizarnos un control médico a los tres equipos que estábamos alojados en el mismo hotel. Pero por la tarde empecé a destemplarme y a encontrarme cada vez peor", siguió diciendo.A pesar de estas vicisitudes, Alberto Fernández guarda muy buenos recuerdos de su primera Vuelta a España, aunque "me supo a poco. Me quedé con ganas de repetir y con la pena de haber tenido que retirarme cuando llegaban las tres etapas de alta montaña en Andalucía. Las estaba esperando con mucha ilusión".
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